sábado, 17 de diciembre de 2011

Saberte Aquí

de Mario Benedetti


Podés querer el alba
cuando quieras
he conservado intacto tu paisaje
podés querer el alba cuando ames
venir a reclamarte como eras
aunque ya no seas vos
aunque mi amor te espere
quemándose en tu azar
y tu sueño sea eso
y mucho más
esta noche otra noche
aquí estarás
y cuando gima el tiempo giratorio
en esta paz ahora
dirás
quiero esta paz
ahora podés venir a reclamarte
penetrar en tu noche de alegre angustia
reconocer tu tibio corazón sin excusas
los cuadros
las paredes
saberte aquí
he conservado intacto tu paisaje
pero no sé hasta dónde
está intacto sin vos
podés querer el alba
cuando quieras
venir a reclamarte
como eras
aunque el pasado sea despiadado
y hostil
aunque contigo traigas
dolor y otros milagros
aunque seas otro rostro
de tu cielo hacia mí

viernes, 16 de diciembre de 2011

Las Flores


Aquella mañana llegaron frescas, abrazadas, envueltas en un paquete precioso. Seguían cerradas, no conocían la luz del sol. La princesa, que ansiaba tenerlas cerca; las colocó en aquel hermoso florero persa. 

Lentamente se abrían, frondosas, maravilladas por el alba y la crisálida de los días. Unas gotas de sol y unos cuantos rayos de lluvia adornaban su follaje, tan dulce y delicado. 

Y la sonrisa de la princesa alumbraba con luz y larga vida tan hermosa creación. Ellas, cálidas y vanidosas crecían, derrochaban esplendor.

Más un día la oscuridad llegaría al reino… La princesa sollozante y triste, remordía los días y las horas en lágrimas hecho mares. Lo sigiloso de los segundos empeoraba con el color de las nubes, que se hacían grises… más grises. 

Pero Ellas, percatadas y leales, deshojaron sus pétalos... Y sus pistilos cayeron al vacío. Sus vidas, que se hacían efímeras con el paso de los segundos, se desplomaban abatidas, desprendiendo su existencia al tropiezo de las lágrimas.

Esa misma noche el sirviente le diría:
- Princesa. Su calvario es un suplicio. Su angustia ha creado tanto desconsuelo, que hasta las flores ha hecho perecer.

La princesa, pausada, y con ojos de esperanza respondió:
- Ellas no deshojan de la tristeza… Ellas enardecen de lo fecundas…

Lirios


El frío teje la noche,
y con sus cabellos largos
color negro…
me envuelve en el suspiro del ensueño,

Delirio y recorro mis huellas…
…el pasado desaparece,
y el futuro aún no existe…

Avanzo lentamente,
pero sigo estática,
es mi sueño quien me engaña,
el deseo que ha pasado…

Y los gestos se hacen borrosos,
las palabras codificadas,
los olores confundidos,
mientras las texturas se derriten…

Qué agotamiento! qué cansancio!
el desierto está vacío,
y no hay más que el suelo
para reposar estos frágiles huesos…

Es mucho peso
para unos hombros tan débiles,

Pero es mucha gracia,
para una baladí existencia…

Es ser frágil y ser valiente
Lo humano envuelto en lo demoniaco
Carnal y espiritual…

Sollozar con los ojos fértiles,
de un acontecer que hablaba de esperanzas,
sueños nuevos
y horizontes plagados de flores…

En ese, quiero que estén junto a mí,
los más dulces
y sutiles,
Lirios…

jueves, 15 de diciembre de 2011

Noche...



La noche no es melancólica
La noche se viste de Merlot,
y mientras me acaricia con el susurro de sus poesías,
Yo me la tomo a sorbos...

...
Y en el vino me fundí,
Le bebí hasta la última gota,
Besé su cuerpo,
Como sed en el desierto,
Hasta dejar mis labios marcados...

viernes, 9 de diciembre de 2011

No me busques, ni me encuentres...


Me he convertido en aire para estar siempre aquí...

La Noción de Eternidad

Pareciera ilógico para un simple mortal hablar de almas y espíritus inmortales,
No solo ilógico, también ridículo y algo estúpido...

Bien sabemos que de eternidades y de tiempo... no comprendemos!
Nos jugamos los momentos con lo que aprehendemos de nuestros sentidos,
Que no son más que ruido y efímera ilusión...

Vemos lo que creemos y engañamos nuestras ideas para protegernos,
endiosamos y nos endiosamos, despotricamos y devastamos,

Vivimos como mortales creyéndonos eternos,
y nisiquiera recordamos nuestro nombre o nuestros orígenes,

Desconocemos nuestra procedencia y nuestros padres originarios...
Caímos a la existencia de nuestra propia esencia

Sentimos en el no sé, en la eternidad lúgubre e insincera,
vivimos la noción de eternidad desde lo mortífero,
desde el veneno que se gesta desde nuestro nacimiento,
y dá rotunda muerte el día exhalamos el hálito postrero...

Qué le dará ese gustito de lo que es eterno?
Vivir por muchos años? siglos? Lapsos que no comprendemos?
Y abrimos y cerramos los ojos,
Y lo eterno se ha ido al barranco...

La mortalidad persiste y la muerte ronda nuestra existencia
desde que nacemos tan frágiles, débiles y adoloridos,
Cuando amamos, es tal vez la excúsa
Para volver a ser eternos...

martes, 6 de diciembre de 2011

Fantasma??

Fantasma? Ah??


Una sombra blanca se aproxima detrás de mi hombro,
- Miro, me asusto, grito, alucino, HORRORRR!!
Ohhh, Horror!!!!!!!!
- Suspiro, sudor, Ohhhhhhhhhh, vacío... Muero lentamente...


Abro los ojos, donde estoy?
- La tierra de los asustados!- Argumenta una voz melancólica.
- De los que?...Ah?


Me inventé un atrapa-fantasmas.
Tiene forma alargada y red de abejas.


(Horas más tarde)
- No atrapé ningún fantasma, Snif...
- La clave es traspasarlos- Me güiña el ojo y se aleja flotando...


Ah???
Traspasarlos¡¡
Sospeché que regresé de la tierra de los asustados.
Miro, y el fantasma sigue allí!!!


Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhh!! Horror!!!


- Un momento! Quise empujar el fantasma con todas mis fuerzas! - Los fantasmas son incorpóreos!! (Pensé)


Muy bien, me llevé un hombre por delante,
su piel era muy oscura y portaba camisa blanca...

viernes, 2 de diciembre de 2011

Ofelia y Polonio


Se abre el telón, - Aplausos! Aplausos!
La multitud se pone en pie.
Los artistas enmascarados se paran frente al público.
La multitud enloquece, todos gritan, algunos lloran... todos se estremecen.

La ovación era esplendorosa, y los actores habían hecho su mejor número. Ofelia muerta, ahogada en el rio, sonreía con ternura, sus labios morados y el frio impiadoso no bastaron para sonreir reluciente… Mientras tanto, miraba enternecida a quien hacía de Polonio…

No resistieron, se besaron con tanta fuerza que la percepción del tiempo pasó frente a sus rostros impávidos, sórdidos del embriague a los besos del otro. Ofelia, como no solo hacía llamarse, lo arrastró detrás del telón. Lo llevó al camerino y allí lo acuñó contra el diván. Quitó sus vestimentas, sobreros, pelucas y zapatos. Los velos cayeron, y las imaginaciones se deslizaron.

Mientras tanto, Ofelia, enternecida con tanta dicha, saboreaba sus mejillas tan dulces, tan cálidas… Acariciaba sus cabellos que eran tan largos como los de ella, y su mentón lambido rozaba con sus hombros, suaves y coquetos.

No quitó un centímetro de su rostro y de su cuerpo. Se ataría a Polonio a la eternidad. Robaría su nombre en una estrella. Lo guardaría como a un tesoro. Por eso, en la oscuridad y la penumbra, donde nadie conoce el ruido y la existencia, se abrazó a él para nunca dejarlo ir. Se aferró con tanta fuerza que mientras dormía le asfixiaba…

A la mañana siguiente, solo quedaría su cadáver inmóvil, interte y frío…

domingo, 27 de noviembre de 2011

Augurio...

Las vientos lo confirmaban,
gritaban desprevenidos y sigilosos,
había llegado la hora,
y ahora se encontraba en un reino desconocido...


Los caballeros encontrarían trincheras en las entradas,
pues el castillo de la princesa
se encontraba blindado
y con doble cerradura...


Era inminente,
los vientos susurraban y decían presagios,
los muertos se levantaban,
no quedaba más que con ella,
el viejo gato color negro...


Esperaremos hasta mañana, -dijo.
Aunque ya no exista alguna salvación...

sábado, 26 de noviembre de 2011

Demencia?


Hace algún tiempo creí estarlo...
En aquella época escuchaba algo así:



'Tranquilize'



lunes, 21 de noviembre de 2011

Todo se Desmorona


Todo se cae,
y los aplausos se convierten en muecas malditas...
La noche pasa de prisa,
me mira,
solloza,
Necesitaba su abrazo…
- Es hora de partir,
y sigo aquí,
en la cárcel,
que no pude sostener...

Fracasé una vez más,
y mis lágrimas se quebraron,
ella me decía que disfrutara,
pero todo se hacía nublado,
oscuro
el suelo era más frio,
y el hielo entraba por la ventana...

Sálvame! le gritaba,
pero una vez más estaba como al principio,
con las manos vacías,
el sendero desolado,
y los abrazos del ayer,
que se quedaban atrás.
Me acurrucaba
y agarraba fuertemente mis piernas,
No me sueltes!!!
Forcejeaba,
pero ella seguía su paso...

Me había convertido en tu peso,
en tu maldición,
y yo era mi monstruo
yo misma me aniquilaba
y con una daga puntiaguda
enterraba su pico en lo hondo
de mis entrañas...

Necesitaba ese baldado,
ese estrujón,
quería enseñar y que me enseñaran,
seleccionar la carrera adecuada,
hablar un buen francés,
y quizás tal vez,
encontraría por fin,
quien me amara en mi vida...

Pero faltarían muchos años para que eso ocurriera,
ahora hacía las veces
de una alondra mojada,
y el susto entraba por las cobijas,
como un gato,
entre el pánico y el dolor,
las cobijas se escurrían,
y las pesadillas invadían fuertemente mi pecho...

Se me agotó el aire,
se me cansaron los pulmones,
y los ojos se derritieron,
yo gritaba pero todo era muy denso,
nadie escuchaba,
tal vez el día que vea la luz
será el día
que desaparezca de la faz de la tierra…

jueves, 17 de noviembre de 2011

El Espíritu Continua...


De donde venimos?
Por qué estamos aquí?
A donde vamos cuando morimos?
Qué mentiras hay detrás?
Pues... La gente dice que la vida es muy corta, y que mueres en un pestañeo...
Pero que pasara si viviera un poco más allá, y mucho después de todo lo que conocemos?


Si muriera mañana, estaría feliz, porque después de irme, mi alma permanecerá inmortal...

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Salvación o Condena

Ya alumbrabas mis días antes de conocerte,
Y la espera por verte y tocarte se hacía más tenue,
Las horas transcurrían taciturnas
Y el deseo de encontrarte, advertía lento...
Pero en mi cuerpo, se hacía, más afanoso.

Tanto me alegró verte,
Que con una sonrisa nerviosa, y sin acaso conocerte
Me aventajé a tu encuentro,
Que era esperado, tan sagrado,
Como tenerte, tan solo una mirada,
A unos cuantos milímetros de mis manos...

Y tus colores irradiaban con más y más fuerza
Que hasta en los sueños brillabas...
Llenabas de esperanza y calor,
aquél vacío que gritaba y me aprisionaba,
La triste jaula, me desangraba…

Era muy simple, yo solo quería mirarte.
Fundirme en tus ojos que son don océanos, quizás…
¿Acaso no entiendes que necesito que me salves?

viernes, 11 de noviembre de 2011

Deseos...

Deseo escribir una historia que te cautive,
que te suba y enaltezca, pero te haga bajar tan prisa con una pluma en el vacío…

Quiero descontrolarte y llevarte por mundos inimaginados,
construir con palabras... tal vez sonidos, sabores o sensaciones...

Anhelo recrearte y sucumbir en ti,
sentirte y sentirnos en un solo lienzo, el que nunca termina de ser pintado…

Deseo escribirte una historia y con ella hacerte parte de mí,
que me olvides cuando me vigilas, y que me busques porque tienes sed de mí…

jueves, 27 de octubre de 2011

Rompiendo

..Y aquel día continuó mi batalla,
Mi deseo era romper su mirada obsesiva,
Alejar su presencia que me asfixiaba,
Y hacerle comprender que no era mi objeto su vida.

Decidí quebrar sus miradas,
Bendecirle y encomendarle a los ángeles su existencia,
Como lo hacía yo con la mía…

Quería que se ocupara de sí,
Como lo hacía yo conmigo,
Pues ahora besaba otros labios,
Y respiraba otros vientos…

El hombre de cabello rojo miraba asustado,
Pero yo le acariciaba,
pues era la evidencia del pasado roto.

Pensaba una y otra vez en ese rompimiento,
En quebrar y cercenar,
Y detener su poder macabro que ya no funcionaba conmigo…

domingo, 23 de octubre de 2011

Fantasmas Nocturnos


Esa noche regresaron los fantasmas del pasado,
era Él disfrazado de sonrisas lánguidas,
de pensamientos lúgubres…
Pero, era demasiado tarde,
aquello me hablaba más que de 'la nuit',
y todos se habían encargado de estropearlo,
de volver el caos en un desorden incontrolable,
de convertir en complejo aquel paisaje que parecía ser la solución a todos mis problemas.

Esa noche regresaron los recuerdos,
y el frío que helaba con acelerado viento en las madrugadas,
heló y heló con tanta fuerza,
que mis huesos débiles y frágiles,
deliraron una vez más por Él.

Y todo hablaba de lo que el viento arrasaba…
todo comunicaba algo en esencia,
en voluntad y existencia…
Todo se conectaba de manera maravillosa,
mientras el valle se hacía más desértico.

Yo escuchaba esa melodía triste de Adele,
mientras un fuego me quemaba,
mientras los días se hacían más rutinarios,
y el amor no podría salvarme,
simplemente porque todo estaba completamente vacío.

Nunca llegamos a cantar esa canción deseada,
todo era una mentira, como las del principio,
la guitarra se rompió y mi voz flaqueó,
todo se derrumbó… se disolvió
y comenzó una nueva tierra…
Una nueva tierra para la guerrera de la luz.

jueves, 20 de octubre de 2011

En busca de la imperfección

Rembrandt
El retorno del hijo pródigo

Que la búsqueda de la perfección no nos lleve a la muerte...

lunes, 17 de octubre de 2011

Elixir de eternidad

Esa tarde caían las hojas como el más sutil de los otoños,
el viento era frío y fuerte,
pero el sol irradiaba con arrasadora fuerza,
irradiaba con la fuerza del octubre que les acariciaba…

- Has amado a alguien, has amado?
- He amado…
- Si!! Has amado a alguien, pregunto, has amado?
- ¿Qué es amar?
- Amar es elixir… es eternidad.

No comprendía lo que decían sus palabras,
no sabía que era el amar,
si acaso lo había leído en la historia de encuentro secreto,
pero nunca me había detenido a pensar qué era el amor.

Y si el amar solo era entre dos,
o entre tres o entre varios?
¿Por qué el amar suponía la existencia de otro?
Yo seguía siendo mortal,
y seguía sin saber que era el amar…

- Vamos a dar un paseo.
- ¿A dónde?
- A la eternidad…
- ¿Cómo es eso?
- Caminamos, y somos nada, somos inmortalidad…
- La inmortalidad es para los dioses, solo somos simples carnes con un alma encarcelada.
- No, somos pequeños microcosmos, suelta el miedo, déjalo ya…

No entendía lo que me decía,
Alejandro era un hombre fuerte,
y había conquistado naciones a sus escasos 23 años…

Nadie se habría imaginado que 10 años después fallecería en aquella cama,
Tiritando, helado y empapado de sudor.

Lloré su muerte al igual que la de Patroclo,
pero siempre quedó en mi recuerdo,
aquellas dulces palabras,
“solo amando se llega a la inmortalidad”…

domingo, 16 de octubre de 2011

De otra Galaxia

La gente de otra Galaxia es distinta a nosotros,
(aquí en la Tierra),
Ellos, los de otros destinos,
son, entre otras, altos,
delgados,
de nariz puntiaguda,
pupilas extensas,
y cabello enroscado...

Sus vestiduras, no son como las nuestras,
son ligeras,
de tonos oscuros y arabescos,
tribales extraños
y texturas de cuero...
También huelen a plástico quemado
y se alimentan de pequeños trozos de aluminio,
sus ojos son como dos vidrios
y su mirada tan perdida
como si estuviesen en el mismo espacio...

Unas,
pareciera que acariciaran el viento,
mientras que otras se detienen
en la anonadación de la nada,
y en el espectro del sonido
desmenunzan el cosmos,
tal y como si el origen,
fuera un cubito de azucar,
que se volviera tan grande
tan indescifrable
como sus ojos de cristal...

Ellos son de otra Galaxia;
y nuestro encuentro fortuito,
casual... no programado,
allí quedará suspendido en el tiempo,
como una descarga que nunca ocurrió,
que no penetró
ni desintegró...
Una noche que existió y pronto se esfumó,
como aquel viento glacial
que por sus ventanas
esa misma noche, se deslizó...


martes, 11 de octubre de 2011

Nadie y Nada


Cuando surcamos en el hondo del abismo,
y respiramos la miseria y el hedor,
nadie es nada, y nada no existe
soy un ente que no tiene presencia
que no siente, que no piensa.
Y los días son más y más turbios,
pierden el calor de aquellas chimeneas,
todo está lleno de un ‘sin’ sabor,
el sabor de lo traslúcido, lo simple, lo plano.
Y nada vale la pena… Ni la hermosa luna,
ni las sonrisas de vainilla.
Todo es incoloro, insípido, insonoro
…pero todo, se va convirtiendo en nada!
Esa nada en la que yo soy nadie.
Esta vez no hay corazón dentro de mí,
ni suspiro que me resucite,
ni razón que me levante
la nada no tiene sentido,
como el nadie no tiene existencia.
Para qué he venido yo a esta vida!
Si ni siquiera me pertenezco,
nunca estuve, ni he estado,
soy un holograma triste,
de la belleza de otros ojos...
No soy yo, nunca lo fui,
soy un sueño no soñado,
una pesadilla camuflada,
una tragedia consumada.
Soy el desgarre y la desesperanza,
de un fantasma que se traspasa,
que muere y se colora
¿Y para qué ser algo?
Al fin y al cabo, que más que ser nadie,
para habitar en la nada.

lunes, 26 de septiembre de 2011

El Faro de Scheveningen

Todo comenzó esa tarde en que Miranda descubrió aquel hermoso paisaje… Era una tarde fría, de clima agradable, y algo refrigerante en que a la cima de un árbol, ella, observó… Allí estaba el bellísimo pueblo costero de Scheveningen, con sus vientos frescos y de penetrante olor a pescado… El faro rojo que conducía su camino recto hacia la playa, la miraba como una incógnita sin resolver…

Y aquel mismo día en que habría logrado su descubrimiento; en la noche, decidió subir la cima. Con sigiloso aliento, trepó una a una las escalas de hierro, mientras las puntitas de sus pies buscaban curiosas el eterno final de la entrañable torre. La llegada a la meta, era un premio que cobraría con su astucia, su magnánima inteligencia, picardía y agilidad propia de una mujer como Miranda… Astucia que había ganado, cuando se le ocurrió escudriñar los misterios de aquel lugar…

Una vez allí, en la cumbre, comenzó a observar la ciudad, en su barullo, calma y regocijo. Las ventanitas apagadas, y la quietud del mar le abrazaban con deslumbrante confianza… Podría ser la espectadora, la supervisora del destino de los menos pensados; de aquellos que continuaban sus vidas como si no tuvieran más que el ojo del Señor celestial, Él y solo Él, quien patrullaba sosegado la vida de los más mortales…

Pero en aquella noche habría una ventanita, en la distancia, con la luz encendida... El pequeño reflejo de luz tenue, dejaba entrever la figura de una mujer delgada y de corta edad que bailaba en su cuarto con tan solo una fina y delicada prenda de encajes rosas…¿Qué hará danzando de esa forma? –Se preguntaba Miranda–, pues hasta aquel instante habría perdido la simple curiosidad de saciar sus ojos con el solo imaginario de las escenas que se desarrollaban a su alrededor. De esta forma, a la noche siguiente, asistió decidida a su encuentro con la usurpación de las miradas que se escapan a los ojos de la tierra, pero no a la visión de águila de un faro en el puerto.

Y así prosiguió cada noche, equipándose entre sombras y herramientas, unas veces binóculos y otras un telescopio, para captar con precisión los movimientos de la ingenua muchacha. Unos días, los de luna llena, observaba como la chiquilla se acicalaba y dibujaba con pintalabios rosa su boca, mientras esparcía aceite fino en su delicada piel… Otras, simplemente examinaba por largas y extensas horas como devoraba todos y cada uno de los libros de Charles Dickens.

¿Qué leerá esta noche, por si acaso? La casa desolada, Un cuento de navidad, o tal vez La pequeña Dorrit? –Titubeaba Miranda–. Aquel día, no habría importado el libro que eligiera, pues se había quedado enclaustrada en su expresión vagabunda, esa que observaba y le llenaba de regocijo y placer. ¿En qué párrafo anduviera? ¿Acaso lee sobre una merecida muerte? Se preguntaba Miranda, mientras acechaba más y más sumida en su propia abstracción.

La figura desconsolada que se reflejaba en la muchacha se hacía indescriptiblemente angustiosa, estrepitosamente más lúgubre, inexplicablemente sombría, fúnebre y devastadora… Pero Miranda se había quedado atrapada en la mirada, y la petrificación de sus emociones habría trazado lado a lado su corazón como si una flecha unida por un lazo la llevara hasta los confines de la desconocida.

Tal vez sería su ambición por extraer sus emociones y tal vez desmenuzar uno a uno sus pensamientos, pues se había convertido en esclava de la observación, de la perversidad de su mirada no descubierta, de vigilar mientras la castigaba, por no ser ella quien no la perdía de vista, sino encarcelarse a hurgar como delincuente, vagabunda de las emociones ajenas, de la intimidad de otra, intimidad que habría perdido en el momento en que se dio cuenta que era ella misma a quien observaba, pues el fantasma de su propio cuerpo había ido a buscarla en aquel faro desolado y triste donde solo habitan las almas pusilánimes, aquellas almas que solo pertenecían al baúl de los muertos…

jueves, 22 de septiembre de 2011

Los Besos Soñados

Una pizca de cosquillas, -pensó Kalabria-… Miró al cielo y se saboreó, recordó el dulce gustillo de la fresa y la vainilla, esa que siempre comía cuando era niña... Pero aquel día era de fiesta, ya escuchaba el retumbar de los tambores, y el fino sonido de las trompetas. Se acercaba la celebración de mitos y leyendas que recorría la Playa con multitud de los observadores…

Los padres que cargaban a los niños en su sus hombros para que vieran mejor, los ancianos en las esquinas tomando un poco de café… y qué decir de las madres que caminaban orgullosas con sus barrigas abultadas a la espera de una nueva vida… Así era Downtown, lleno de magia y fantasía, pues cualquier cosa podría ocurrir en un abrir y cerrar de ojos…

Pronto, pasaban las caravanas cubiertas de colores y escarchas, el Mohan asustaba a los más chicos, y la Madremonte encantaba y horrorizaba con su mirada apocalíptica… Kalabria se desnucaba por seguir el sonido de las comparsas, y alcanzar los mitos que se esfumaban al son de las canciones… quería inmortalizar aquel momento, revivirlo una y otra vez, y danzar y bailar con las maracas y las liras, tal vez las guitarras acústicas, o un acordeón burletero, de esos que le recordaban la sabana del viejo continente.

Los sonidos se conjugaban armoniosamente, y de repente, Kalabria que había perseguido con maromas y esfuerzos casi sobrehumanos, empujando, sudando y a veces pisando los talones del de la fila delantera, se encontró en el cruce que lindaba con la Oriental…

Pronto, Ella… se vio abocada en un cúmulo de personas, y en el medio, se ahogaba, apretada, acorralada…! Kalabria forcejeó por salir de semejante encrucijada, y retornar pronto a la respiración normal del ambiente, correr o comer un copo de nieve tal vez… Pero se había quedado atascada allí, entre la muchedumbre, entre el gentío, donde el hacino del calor y la falta de viento sacude las esquinas de la montaña.

De un momento a otro, estalló una luz resplandeciente del cielo, tan blanca como la nieve, tan suave como el algodón, tan dulce como la miel, tan tersa como la seda, tan tranquila como el mar… Se encendió con todo furor con tal resplandor y prisa, su luz cegaba y aturdía… Se iluminaban las nubes, el mismo sol, el calor desaparecía con la frescura traslúcida de su candor…

Pronto, a su alrededor las parejas se abrazan, y en un tierno gesto de locura y desenfreno, los de un lado y simultáneamente los del otro, se acariciaban dulcemente hasta acercar sus labios y emprender el más maravilloso encuentro de labios y sabrosos besos de la planicie.

Kalabria, asombrada de semejante espectáculo, quedó enceguecida a medida que el cielo resplandecía con más fuerza, y la blancura del espacio desvanecía el ruido y la bulla de la ciudad, que se apagaban como si se alejase desde el cielo, flotando y volando, llegando al éxtasis del beso esperado…

Aquella noche, ella, Kalabria despertó en los brazos de su amado, y devolvió así ese beso, su primer beso, que la enamoró aquella tarde, entre mitos y leyendas, fantasías y ensueños…

viernes, 16 de septiembre de 2011

FINAL

Está bien, lo acepto, no soy la mejor para darle un final a las cosas.

No las quiero terminar’, está bien?

No será mejor dejarlo en un eterno presente?

Es que acaso… La verdad, no sé los cuentos cómo acaban, apenas tengo 23 años, y he visto el final de muy pocas historias…

Prefiero tenerlo ahí, ahí cerquita, contándole al oído, lo que creo y ha ocurrido. No me gustan los finales felices, ni las novelas rosas de amor que claudican con un cúmulo de niños que les aseguran la felicidad al par de príncipes.

Más bien, son esos finales que no se entienden lo que ocurre lo que me gusta.

Porque así como usted y yo, el final se crea a conciencia, se puede interpretar al antojo, y por si no logramos ‘satisfacer’ las expectativas del consumidor, se le ofrece su imaginación. Como cuando uno duerme y lo despiertan, el sueño queda a la mitad, y no queda más que inventarse el final.

Está bien, escribir no es fácil…

Satisfacer al lector menos,

Hacer felices a los hombres, no es deber del Estado,

Pues la felicidad es un imperativo personal de orden taxativo, y no de elección.

Entonces elijo se feliz a mi manera, escribiendo y eliminando las pulsiones, con lo más bello hermoso de lo que nos ha dotado el lenguaje, pues permite construir edificios donde solo hay desiertos, y darle reversa a un martirizante y espeluznante final.

NOSOTROS

Aquella noche hablaba nuevamente de un regreso. Ese regreso dulce que me hablaba entre sueños de él, y ese cordón que nos unía con el doloroso lazo de la complicidad. De mi confianza rota, y no volver a tener fe, se podría hablar y dar cátedra una y otra vez de mis errores y las consecuencias de mis estupideces… Pero bueno, las estupideces fueron compartidas, hasta que llegué a darme cuenta lo estúpidos que éramos todos.

Él juraba que me amaría hasta el cansancio y sujetaría mis cabellos como lo hacía con los cielos que acobijaban mi dormir. Pero solo eran falacias, al menos para mí, yo ya no creía en sus palabras, y el frio de septiembre empezaba a ser un karma que a veces, acompañado de lluvia y otras de granizo, me gritaban nuevamente me alejara de él.

No sé si fuera su cobardía o la vergüenza de sentirse viejo, lo que me apenaba a estar cerca. Quería un hombre fuerte, no de músculos ni hormonas, quería un hombre fuerte de ideales, con la valentía suficiente para contar los hechos tal y como ocurrían, pero especialmente, que no permitiera que ella me llamara a atormentarme la vida.

Para el mes anterior a estos acontecimientos, la vida era diferente. Yo sonreía y creía en su amor eterno, haría lo que fuera para que se enamorara de mí, y le coqueteaba con tanto encanto, que a veces sentía que le entregaba mi alma derramada. Podría convertirme en poema o canción para él, con tal de estar cerca de sus manos, que las sentía tan suaves como las nubes.

Ahora todo era diferente, y el peso de sus palabras no pronunciadas y las mentiras camufladas en un ‘estoy tranquilo’ comenzaban a ser como lastras de concreto que cargaba sobre mis hombros y sobre mis sonrisas. Y allí comencé yo, con mi historia de lamentos, y tristezas, incredibilidades, labios apagados, y profundas pero más que vacías desesperanzas.

¡Ya no hay mañana! Ya no hay nada para mí, ni sol que me caliente, ni luz que me alumbre. Parecía que el lúgubre de los días se apoderaba hasta del tiempo. Entonces comencé a utilizar abrigos largos que cubrieran mi figura que se hacía más lánguida, y mis sonrisas que se hacían más falsas.

Pero aquello no eran más que superficialidades. Las noches venían siempre con sus fantasmas, y, entre sombras y espantos, el espasmo de la oscuridad se apoderaba de mi cuello, que a veces me ahorcaba y otras veces me dejaba sin alientos para comenzar.

Así, me fui yendo muy despacio, despacito y a paso lento, los sueños que se quebraban con el alma rota, el deseo de un ayer que se escapaba como el agua, o las desilusiones que se esparramaban como gas inflamable, pues mi corazón aún hablaba de él. Aún ansiaba que la soledad de mis días fuera impregnada con un poco de lo que se había llevado. Con un poco de canela, y su guitarra triste, su voz mal entonada, o sus ideas de la filosofía del siglo XX.

Sabía que ese sentimiento no se borraría de la noche a la mañana, y menos teniéndolo cerca todas las mañanas. Pues me había mentido, y para mí, ya no había cabida para más errores. Porque además de todo ser un absoluto desastre, yo seguía viva, y no quedaba más alternativa que hacer lo mejor posible con todo el fiasco que se había generado en torno a nosotros. Tal vez, el nosotros que nunca fuimos o que nunca seremos.

No hay más ‘nosotros’, solo queda el recuerdo que alimenta la memoria de lo que ahora existe en estadios separados y se desentrañan como si no hubiese más existencia misma que la angustia y la melancolía de eso que nunca más volveríamos a ser.

martes, 6 de septiembre de 2011

CONDENA AL FRACASO

Amado lector… tú, que te has atrevido a robarte unos minutos de tu tiempo. Me excuso, pido perdón, me arrodillo, y de nuevo te agradezco si alguna vez leíste alguno de mis pensamientos, o cuentos, o historias o ideas desgarrafales que me da por publicar. He tomado mi Blog como un espacio libre para dar a conocer lo que siento, como lo veo, como lo percibo, como me afecta. Así me construyo como individuo con todo y mis defectos y mis miedos.

He caído en el ‘error’, tal vez en la tentación de abrirme como un libro y quitar una a una las prendas que me cubren, desvelando los morados de mi piel, cicatrices y heridas que a lo mejor nunca llegarán a cerrar. Soy acérrima creyente en el amor, en la ilusión, en los sentimientos, y me desvelo por un profundo romanticismo que defiendo, por el que lucho con espada en mano, y daré mi vida si es posible. El amor, como lo conocemos, lo revuelco y lo redefino cuanto pasa, pues notará que algo de amor estará siempre presente en mis escritos.

A eso le apuesto y siempre apostaré.

¿Qué pasa? Me condeno, me condeno a mí y a mis palabras, me condeno a mis escritos y a mi renuncia de ser lo que soy, en lo que no tengo fe, en lo que no confío y en lo que no doy un peso. Me condeno como escritora, me condeno a mi fracaso, y desolada y triste lo trasmito como otro de mis pensamientos que se derraman, lentamente, como un líquido muy denso, como el mercurio tal vez…

Mi magia que se agota cada vez que escribo más palabras, comienza  a ser un sonsonete que aturde y cansa. Las historias de amor disfrazadas en simples metáforas como la bruja que acribilla al despreciable amante, como la isla que alberca ese elixir de la vida, la ambrosía de los dioses, como Palas Atenea que cuida con su sabiduría mis noches, y me toma con su ‘blanca mano’.

Pero me he equivocado una vez más, lo he hecho en público, he desnudando mi esencia donde podría ser descubierta y donde yo no la encontraba, disfrazadas tras el triste y traslúcido aumentar de un contador que atrae mirones, curiosos, aficionados, o básicos voyeurs como yo, miradores del destino, observadores, que sólo quieren ver lo que pasa, pero a medida que los ojos descubren y corren la cortina que a veces parece rosa, pero indudablemente es negra y mal redactada se cae nuevamente en el fracaso de no esperar más que no volver a mirar.

Esta es mi condena, la que no quiero trasmitir, la condena de las palabras mal dichas, los espacios mal configurados, los adjetivos repetidos, la misma tendencia que recorre lo que digo en circunloquios mal hablados… a eso, a eso no le apuesto más… como seguramente usted no le apostará a mí.

Sin antes pedir arrepentida perdón…

Suya….

jueves, 1 de septiembre de 2011

UN POCO DE AIRE

El árbol se clava... se clava con sus raíces muy dentro de la tierra.
El agua con su cauce y su fuerza moldea la arena, la tierra, las plantas, nos baña con su lluvia, purifica nuestras frutas…
Qué me dicen del fuego? Sin un poco que oxígeno, con todo su calor y congestión, que sería? Pero allí está, pegado del suelo, estático y al mismo tiempo etéreo, amando la tierra y amando el viento.

¿Pero yo? ¿Sabes quién soy?
Soy viento, soy aire, soy aroma, soy fragancia... a veces soy torbellino, y de vez en cuando un tornado agresivo…

Seré de aquí, amada tierra? Seré de aquí?
Dime hermosa tierra, madre, dadora de toda vida, dadivosa, fértil, quién soy? Mensajero?

Acaso las palabras no están en este mundo? Acaso no podemos hablar igualmente? Porqué me sacas de tu atmósfera? Es que acaso no puedo volar aquí, anclada a ti, amándote a ti, haciéndote el amor a ti?

Vamos, déjame hacer con la arena hermosos huracanes, déjame hacer con el agua… vendavales! Déjame hacer con el fuego increíbles combustiones.

Déjame madre tierra, déjame pintarte de colores, déjame perfumarte con mis vientos fríos, cálidos y refrescantes… Déjame soplarte en las noches, y acurrucarte en las mañanas, quiero silbarte y cantarte, llenarte de oxígeno y de viento saludable.

Te amo y a ti me ancló, déjame, dame fuerza, que aquí permaneceré con mi vitalidad y mi calma, con mi efusividad y mi espontaneidad. Déjame sacarte más aire, más hálito, más suspiros, déjeme llenarte de viento mientras te amo.

miércoles, 24 de agosto de 2011

USANDO A ALGUIEN

(Use somebody)

Realmente, alguien como tú, pocos…
Uno, dos, medio, quizás ninguno,
Con tu mirada profunda,
Con tus palabras sublimes,
Con tus manos que son como espumas,
Con aquellos versos que te acompañan cuando hablas,
Aquella calidez que reflejas cuando besas,
Y esas expresiones bellas que son únicas,

¿Dónde? ¿Para qué seguir buscando?
… si ya te he encontrado…

Y cada que miro a la derecha,
Veo siempre a ese ser que amo,
Ese ser hermoso que adoro,
En quien veo reflejados aquellos tiernos ojos azules,
Por quien lloro, muero, vivo y suspiro,
Quien se ha robado mi alma para descuartizarla,
La ha reparado en diez posiciones,
La ha subido al cielo,
La aterriza, la quiebra, la sublima, la envenena,
Luego vuelve y pone mi alma al lado suyo,
Y nada ha sido en vano, porque le amo,
Le amo como a nada,
Le amo como a nadie,
Le deseo como a nada,
Le deseo como a nadie…

Tanto le adoro a esa alma vagabunda e insegura,
Que podría dejarla libre sin molestarme,
Sería capaz de verle pasar sin mi mano agarrada de la suya,
Y quizás tal vez, mirar esos infantes,
Que no tendrá conmigo,
Y los besos que no serán para mí,
Y las caricias que habré perdido,
Las noches de luna llena recordando su nombre,
Los inviernos y veranos suspirando por su ausencia,
Y allí estará, alguien único… irrepetible,
Frágil, modesto…
Pero mía… mía es su alma, y mía nunca será,
Recordaré que siempre le invité a quedarse,
A amarle y a calmarle,
Aun así, a pesar de todo,
Siempre serás mi árbol,
y yo siempre seré tu Alondra...

martes, 23 de agosto de 2011

MÁSCARAS

La sonrisa del niño es hermosa,
Y los ojos de perro azul, también.
El rostro de la anciana desconsolada,
y las caricias tiernas del recién nacido.
El heladero ofrece deliciosos helados,
de sabores y colores increíbles,
el me mira de reojo mientras me invita a tomar uno,
pero yo solo río y sigo caminando.
A la vuelta de la cuadra se acerca un hombre elegante,
frunce el ceño mientras habla por celular,
el anillo de oro brilla en su mano,
mientras la joven de al lado observa con curiosidad.
Ellos caminan, y se encuentran,
Sus miradas se aproximan,
mientras se desenvuelve la escena
pues al otro lado de la calle está la señora de las frutas,
su mirada es jugosa y tropical,
kiwis, fresas, maracuyá, piña, cuál será?
Pero hay una mirada que no comprendo,
la veo al fondo de la avenida principal,
la mujer de cabellos rubios y caderas anchas,
tiene ojos color miel… me envuelven y me roban a cada parpadeo,
pareciera que me llevaran al cielo.
Me estremezco, confío, creo en lo que veo,
una madre, una amiga, una hermana,
la mujer por quien suspiro, la admiro, es única, es Ella…
La mujer de mirada apacible se voltea,
y con una mueca mortífera,
vende mi alma al peor postor.