Cuando
surcamos en el hondo del abismo,
y
respiramos la miseria y el hedor,
nadie
es nada, y nada no existe
soy
un ente que no tiene presencia
que
no siente, que no piensa.
Y
los días son más y más turbios,
pierden
el calor de aquellas chimeneas,
todo
está lleno de un ‘sin’ sabor,
el
sabor de lo traslúcido, lo simple, lo plano.
Y
nada vale la pena… Ni la hermosa luna,
ni
las sonrisas de vainilla.
Todo
es incoloro, insípido, insonoro
…pero
todo, se va convirtiendo en nada!
Esa
nada en la que yo soy nadie.
Esta
vez no hay corazón dentro de mí,
ni
suspiro que me resucite,
ni
razón que me levante
la
nada no tiene sentido,
como
el nadie no tiene existencia.
Para
qué he venido yo a esta vida!
Si
ni siquiera me pertenezco,
nunca
estuve, ni he estado,
soy
un holograma triste,
de
la belleza de otros ojos...
No
soy yo, nunca lo fui,
soy
un sueño no soñado,
una
pesadilla camuflada,
una
tragedia consumada.
Soy
el desgarre y la desesperanza,
de
un fantasma que se traspasa,
que
muere y se colora
¿Y
para qué ser algo?
Al
fin y al cabo, que más que ser nadie,
para
habitar en la nada.
1 comentario:
Ex nihilo nihil fit
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