viernes, 24 de mayo de 2013

Pecado o Culpa

Tomado de http://pinterest.com/pin/459367230712207726/

El olor amoniaco de su cuerpo se hacía cada vez más fuerte. Era el olor del pecado que aún rondaba por sus venas. ¿Pecado? Culpa quizás… Si se puede llamar culpa sentir deseo por una persona. Porque aquello era lo que le ligaba a su olor.

Él no quería destruir su vida, lo único que podía destruirla era perderla y no poder recuperarla por sus errores. ¿Entonces por qué los cometía? O al menos, ¿Por qué conmigo?

Pareciera que el deseo fuese más fuerte que las ganas de conservar una vida construida, o más bien, la necesidad de romper el aburrimiento de lo estable y tranquilo. Aquí fue cuando la historia dejó de ser sobre él, y comenzó a ser mía…

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