sábado, 29 de septiembre de 2012

Un Libro Abierto...

Quien lo creería, que así se ganaría la vida: Sublimando su alma. Prostituyendo sus sentimientos, cobrando sus contradicciones, dolores y heridas. Exponiéndolos en el Ágora a la vista de todos. Ella era un libro abierto que encontraba siempre en su camino lectores que hablaban otros idiomas. Por eso era difícil comprenderle, pero qué hacia? Había sido escrita en ese lenguaje. Era un libro tan pesado… tan engorroso… De esos que nunca hacían parte de los hurtos de las bibliotecas, tenía muchas páginas, y su pasta era muy dura. En la portada tenía gráficos con arabescos… no se hacía nada llamativa para los lectores desprevenidos, por eso difícilmente llamaba su atención. Este era un libro curioso, era un libro con esencia femenina… así, de esos con páginas rosa y letra cursiva. Podía llegar a ser un verdadero deleite. Pero… tenía un serio problema… No sólo lo confuso de su idioma y lo extraño de sus historias… Era un libro interminable… Una historia que no tenía fin… Me preguntarás, ¿cuál es entonces la gracia del asunto? Aún no lo sé, la respuesta sólo la tiene los ojos del lector…

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