miércoles, 22 de febrero de 2012

En Ítaca...

En Itaca me encontrarás, cuando regreses de este largo viaje...

lunes, 13 de febrero de 2012

Malbec

...Nuevamente se asoman bosquejos de imágenes tristes y meditabundas. Los pensamientos desfilan jubilosos y grises. Los sonsonetes de amor se agotan, y se vuelven canciones repetidas y quemadas en el viejo candelabro. Aquél dulce rincón que algún día contuvo mi amor centelleante, ahora se encuentra lleno de telarañas y pesadillas. Los sueños que embadurnaban mi vista, son ahorra terribles alucinaciones, de la noche impía que llega, del congojo proteico que me desgarra, y una afable melodía invade mi alma... o lo que quedaba de ella. Lentamente se tritura mi esencia, mis labios, mis córneas... lo dicen mis manos ajadas, de mi pecho marchito y entrepierna lánguida. Lo dice el amor fugaz y los ideales rotos. Ahora las noches, se las ha llevado la luna, solo quedan espejismos incandescentes, acordeones destemplados, y el piar de las aves que atraviesan mi corazón como una daga maldita, como un cuervo que pica y no se sacia, como Prometeo que resurge en las cenizas y prepara su alma para una nueva tortura. El amor se ha esfumado, y se ha llevado consigo la idea intrínseca de adorarle y sacralizarle... satíricamente se corroe desde Alicante hasta Buenos Aires, y al mate y el cigarro, un vino tinto salpicado... de mi lengua desflorada, la caricia manoseada, y la voz que se esfuma, es marchita, se deshoja en el mate, en el cigarro, y el malbec oxidado...

sábado, 4 de febrero de 2012

Milonga del demonio


El deseo se hizo hombre,
de negro le vistió,
y con ojos de asesino,
con melodía y esencia le dotó…

Sublimó su alma,
y robó,
…oh tristeza…
su más noble corazón...

Transformó sus ojos de demonio,
y con colmillos de vampiro,
y el cielo multicolor,
la piel a mordiscos le arrancó…

… Las estrellas explotaron,
saqueó el deseo a plenitud,
no hay pureza ni bondad,
ni inocencia… ni maldad…

La princesa desnuda,
el cielo multicolor,
las tonalidades del agua,
Todo se llevó… hasta el mismo deseo,
que como hombre le vistió…